jueves, abril 28, 2005

El club más exclusivo del mundo


Se podría decir que es tempestuoso, o borrascoso; pero eso implicaría un estado temporal, y allá las olas de tres metros son cosa de todos los días, y las de diez no son raras. Se dice que a una milla del promontorio el diablo está amarrado al fondo con toneladas de cadenas, que al agitarlas, furioso, desencadenan las tempestades.

No hay marino sensato que no le tema, las historias de naufragios son incontables; el cruzar este paso es para un marino demostración de bravura tal que incluso dio pie para formar el club más exclusivo del mundo: La Amicale Internationale de Caphorniers fundado en 1937 por capitanes de veleros sin motor que hayan atravesado el Cabo de Hornos en viaje comercial, nada de veleritos de paseo ni yates de ricos, ni tripulantes ni oficiales, únicamente capitanes; después ya crearon categorías para la plebe, pero al principio fue así.

El club nació en Saint Malo, en un hotel donde se reunían viejos lobos de mar que transportaban salitre chileno en sus veleros hacia Europa, pero ahora los únicos barcos comerciales que hacen esa ruta son los que transportan plutonio, para evitar el canal de Panamá. Los socios se fueron muriendo poco a poco y en el 2003 decidieron terminar el club antes de que se murieran todos.

A este club le sobrevivieron algunas cofradías: la de Chile, Alemania, Islas Aland, entre otras; y unos ingleses decidieron crear su propio club (copietas), pero a este último pueden pertenecer todos los que hayan hecho el viaje. La insignia que distinguía a los miembros constaba de un albatros que atraído por un cebo de carne caía en una curiosa trampa, para diversión de los marinos, pero nunca los mataban, pues suponían que en los albatros habitaba el alma de los marineros ahogados.



Tan exclusivo el club que se quedó sin socios.