viernes, octubre 13, 2006

Soy la rata que abandona el barco. Y eso me entristece. Si él quiere hundirse que lo haga solo; muchas veces traté de impedirlo, pero no sirvió de nada. Muchas veces me he aguantado su borrachera, he escuchado con paciencia sus ebriedades, he tenido que para manejar su carro... hasta mentí para que la mujer no lo eche del todo. Pero eso no sirve de nada, no sirvió para nada. Y es mi amigo, hace muchos años, y por eso me duele más. Muchas veces nos tomamos un trago, varias de ellas son recuerdos muy queridos, como la vez que amanecimos caminando por la calle, hasta que pasó un bus y nos fuimos a seguirla en la plaza de Catambuco. Pero hace unos meses dejó de ser divertido. Creo que estuve haciendo el papel del que le presta la cuchilla para que se corte las venas. He tratado de hablar, de hacerle ver, pero él se empeña en su ceguera. El anterior fin de semana sucedió lo que por fin rebasó la copa. Traté de impedir que se fuera manejando borracho. Me agarré con todas las fuerzas del pasamanos de la escalera en una casa ajena, hasta doblarlo incluso, pero no tengo tanta fuerza y acabé rodando. Pasó por encima de mí.



Hoy hace una hora me llamó borracho pidiendo perdón y le dije que hablabamos luego; es mejor cuando esté cuerdo. También me dijo que le manejara el carro, pero si no quiere estrellarse es mejor que lo guarde en un parqueadero, eso le respondí. De corazón espero que llegue bien, Dios no quiera que le pase nada malo. Creo que me guardará rencor por no haberle hecho el favor, pero espero que se de cuenta de que yo no lo emborraché, que él tomo libremente su decisión. Y sí, después de todo es su decisión, él elige si quiere hundirse o flotar. Esta rata abandona el barco.

 

3 Comments:

Blogger Lou Goubreé said...

Es muy difícil hacer algo por alguien que está enfermo de la voluntad. Lo grave es que parece que ambos compartieron las mismas "aficiones".

En todo caso, de seguro usted habrá aprendido algo ¿no?

2:37 a. m.  
Blogger insómnico said...

Pues sí, algo se aprendió: cuando me emborracho no hay puntos medios; si no es que estoy suficientemente ebrio es que ya he tomado demasiado. También aprendí que uno debe ser muy serio a la hora de la autocrítica; es demasiado fácil autoengañarse.

6:47 p. m.  
Blogger ana's ghost said...

Hacía tiempo que no pasaba por acá.
Opino lo mismo que Lou.

5:30 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home